No es tarea fácil, pero ellas quieren intentarlo. Son gitanas que han decidido levantar la voz y crear una federación nacional de mujeres, Kamira cuyo único fin es reivindicarse a si mismas pero sin desprenderse, eso si, de la atenta mirada masculina que tanto pesa en es ta etnia. Quieren que sus hombres las "escuchen". Se han unido para decirles que desean que sus hijas vayan a la escuela o a la Universidad para que, con una formación mínima, puedan encontrar un empleo estable que mejore sus actuales condiciones de vida.
¿Cómo conseguirlo? "Tenemos que dar ejemplo de que no vamos a aparta nos de nuestra cultura. Hay que armarse de mucha paciencia, pero estamos seguras de que vamos a conseguir algo", responde Pilar Clave ría, la presidenta de la federación, que engloba 3.000 mujeres.
Pilar es el alma de Kamira (según la leyenda, la primera mujer gitana que habitó la tierra). Es una mujer fuerte, madre de 10 hijos y también presidenta de la Asociación de Promoción Gitana de Zaragoza. Con ella se reunieron el 30 de septiembre de 1999 en Madrid más de 30 mujeres de la misma etnia para celebrar en el salón de actos del sindicato CC OO el nacimiento oficial de su organización federada, la primera en el mundo. Tanto Pilar como las representantes de las 12 asociaciones que conforman la federación llegaron a la capital con el estricto consentimiento del hombre de la familia.
"La principal condición que ellos nos han impuesto es que siempre estemos localizadas". Tan asumida tienen la subordinación histórica de las mujeres gitanas a la figura masculina que no pretenden renunciar a ella, conscientes de que para ello serán necesarios muchos más pasos. "Lo único que queremos es mejorar nuestros niveles de calificación profesional y de participación social", explica Pilar.
Para que los hombres gitanos no crean que sus mujeres están "yendo demasiado lejos", ellas han encontrado una solución que consideran "inteligente": "Intentamos convencer a los hombres de que nuestro honor no estará en peligro por terminar la escuela o trabajar en otras cosas distintas a la venta ambulante". Se trata,insiste Pilar, de mantener las costumbres gitanas pero sin desestimar otras realidades. Ella misma ha trabajado más de 14 años en asociaciones femeninas y jamás ha asistido a una reunión sin el permiso de su esposo. Pilar nunca le ha alzado la voz a sus esposo, quien nunca ha visto con buenos ojos que sus hijas frecuenten discotecas.
Las cosas, dice Pilar, han cambiado un poco con el paso de los años. "Lo que no permiten es que nos vayamos solas de juerga por ahí, pero ya podemos juntarnos para ir al cine, a cumpleaños, a merendar".
Tradicionalmente, las niñas gitanas abandonan la escuela entre los 12 y los 14 años. A esa edad, cuando comienzan a crecer y desarrollarse física mente, les llega el momento del matrimonio y de los hijos. Las mujeres de Kamira pretenden cambiar esa costumbre. "Queremos decirle a los padres que no pasa nada si una niña ya formada va al colegio para recibir una buena formación. Un analfabeto da pena. Es mejor aprender y saber leer y defenderse en esta vida. No está mal que puedan casarse más tarde". El compromiso es terminar la escuela, pero no por ello olvidan que una gitana a los 20 años, sin marido y sin hijos, "es una moza vieja".
El otro objetivo a largo plazo es que las gitanas puedan, como los hombres, conseguir el carné de conducir. Y más adelante, a través de charlas y con el contacto directo con familias, pretenden concienciar a los padres de tener seis hijos en vez de diez. "Bueno, seis hijos es muy poco, pero hay que parar", dice en tono de broma.
La federación, de momento, ha nacido como un experimento. No tienen dinero para actividades ni tampoco una sede fija, pero intentarán conseguirla en Madrid.
Las casi 3.000 mujeres que integran Kamira son conscientes de que para que su iniciativa funcione deberán gozar del respeto del resto de la comunidad gitana. "Lo principal es tener el honor intachable y que nuestra conducta sea ejemplar", concluye Pilar.
De momento, la federación ha comenzado con buen pie. Pedro Puente y Antonio Vázquez, ambos respetados patriarcas gitanos, saludaron con su presencia la organización de mujeres, a las que impulsaron a seguir adelante.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario